Control de accesos

Los sistemas de control de accesos sin sistemas físicos o electrónicos que están diseñados para gestionar quién puede acceder a una red. El ejemplo más simple de este control de acceso es una puerta que puede ser bloqueada, dejando a la gente a un lado de la puerta o al otro. Las versiones electrónicas normalmente controlan la seguridad de una red, limitando qué usuarios tienen permitidos usar recursos en un conjunto de ordenadores y servidores por ejemplo. En algunos casos, hay una mezcla de limitaciones físicas con dispositivos electrónicos. Por ejemplo, una puerta podría desbloquearse mediante una tarjeta, un panel con un código con teclas, etc.

Un sistema de control de accesos mediante tarjeta es el tipo más común para controlar una puerta de forma electrónica. Es simplemente una tarjeta con una banda magnética que es pasada por un lector junto a la puerta. Uno de los usos más habituales lo podemos encontrar en los hoteles para poder entrar en las habitaciones. Otros sitios también tienen estos tarjeteros, como puede ser zonas en edificios que necesitan una alta seguridad. En estos casos, las tarjetas pueden también funcionar como identificadores personales de la gente accediendo a ciertas áreas.

Dependiendo del tamaño de la corporación y los niveles de seguridad que se debe implementar, los sistemas de control de accesos en los edificios pueden ser únicos o estandarizados. Dicho de otro modo, se puede tener una llave o clave que abra todas las puertas en el edificio, o cada punto de acceso puede ser controlado individualmente.

El uso de sistemas electrónicos permite a un administrador para definir privilegios de acceso para cada usuario y también actualizarlo todo en el interior del sistema, lo cual es mucho más cómodo que garantizar o prohibir privilegios de acceso.

La seguridad de red es algo muy importante, especialmente en una compañía que maneja datos de gran importancia y privacidad. Este tipo de control de accesos se suele controlar desde una localización central y cada usuario está registrado y bien identificado. Un administrador se encarga de dar los accesos a cada usuario autorizado usando el software de administración.

Cuando se instalan estos sistemas, las compañías deben considerar quién los va a usar y como serán usados. Cuanto más grande sea el número de usuarios, más alto será el riesgo para la seguridad del la compañía u organización. En una situación donde hay numerosos usuarios, incluyendo invitados que acceden a ciertas zonas, mayores niveles de seguridad son recomendados. Por ejemplo, un banco con un mucho personal y clientes posiblemente tendrán que tener múltiples sistemas de control de accesos para separar las zonas de clientes y empleados.

Estos accesos también se suelen poner internamente en zonas de empleados, ya que no todos pueden acceder a las mismas zonas. Sin embargo, en un negocio pequeño suele ser más viable usar una sola lleva de acceso para abrir ciertas zonas en el edificio. Esta llave (puede ser una clave o una tarjeta), puede entonces ser distribuida a todos los empleados. Un ejemplo muy común es una tarjeta para poder entrar a la oficina.

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