NOTA DEL AUTOR: Este artículo fue escrito hace algunos años, por lo que algunos puntos pueden parecer como si fueran recientes. Sin embargo, dado el valor informativo del artículo, se ha decidido volver a publicarlo.
Hace algunos años un innovador vehículo estuvo dando vueltas por los suelos marcianos. Si lo miramos en fotografías podremos ver un vehículo de seis ruedas, un sistema de suspensión típico de los automóviles lunares y un buen número de cámaras montadas. Esto nos podrá recordar a sus predecesores, los cuales ya hemos visto en otros documentales.
Sin embargo, estamos hablando de un dispositivo móvil potenciado con energía nuclear y con un ultra moderno laboratorio totalmente autónomo para hacer todo tipo de pruebas. Se ha comparado este vehículo con otros que la NASA ha construido a lo largo de sus varias misiones, pero realmente la diferencia es grande. Esta especialmente preparado para el terreno de Marte, y hay pocas cosas que lo puedan detener una vez que está en marcha.
El equipamiento es realmente lo novedoso de este vehículo, y lo que transporta podría superar a muchos laboratorios conocidos y de renombre. Tiene un sistema especial para coger y almacenar tierra y rocas, clasificar todas las muestras, instrumental a bordo para un profundo análisis de todo lo que recoge.
Tiene un láser que es un espectrómetro sintonizable para poder identificar compuestos orgánicos y determinar la tasa de isótopos en algunos elementos importantes. Lo mejo de todo es que sus sistema alimentado con energía nuclear (el mismo que se utiliza en los satélites, módulos espaciales y ciertos equipamientos) aseguran que no se quedará tirado en medio de una tormenta de arena, lo cual parece ser que es un problema en Marte.
Está claro que la idea de la NASA ha sido empaquetar la mejor selección de equipamiento científico de una forma compacta en el menor espacio posible. Lo cierto es que en las mismas palabras de algunos científicos de la NASA, este dispositivo ha sido la cosa más complicada que han construido.
Si en Marte alguna vez ha habido agua en forma de arroyos o ríos o zonas antiguamente habitables, el Curiosity tiene altas probabilidades de descubrirlo con la tecnología que lleva. De todos modos, no todo ha sido fácil, ya que antes de decidir utilizar el Curiosity en esta importante misión espacial, se pasaron duras pruebas para encontrar todo tipo de problemas, tanto internos como externos. Estas pruebas consistieron en pruebas de empuje, carga, situación extremas e incluso provocando corto circuitos.
Mientras se hacían todas estas duras pruebas, la NASA tuvo que calcular donde este vehículo tenía que explorar, como llegar hasta ahí y cómo hacerlo aterrizar con completa seguridad y sin provocarle daños – más fácil decirlo que hacerlo. Para entender esto, tenemos que saber que la Tierra y Marte giran alrededor del sol a promedios diferentes, lo cual significa que su relativa distancia varía mucho.
Llegar a Marte con el menor gasto de combustible se debía hacer cuando estaba más cerca de nosotros. La NASA decidió hacer el lanzamiento de este vehículo desde la órbita planetaria en lugar que desde la superficie de la Tierra. Una vez que la nave de lanzamiento llegó al espacio desde Cabo Cañaveral, su parte frontal se abrió como una almeja separándose y cayendo al océano Atlántico.
La segunda fase de la nave entonces entró en acción y puso la nave en órbita. Una vez que todo estaba perfectamente alineado, la nave realizó una segunda ignición dirigiéndose a Marte. Apenas una hora después de esta separación la nave comenzó a comunicarse con la Tierra, y durante el viaje al planeta rojo hizo algunas correcciones en su ruta. Una vez que llegó a la atmósfera marciana, es cuando empezó la verdadera diversión.
Elemento de la misión Curiosity
Una de las cosas que se plantean cuando se tiene que ir a un desierto rojo a millones de kilómetros, es decidir qué es lo que hay que traer de vuelta. A diferencia de otras misiones que se pueden hacer aquí en la Tierra, el vehículo Curiosity está totalmente por si solo en el planeta rojo.
Cuando no hay un equipo de reparación al que pedir ayuda, no hay piezas de repuesto y cualquier señal de la Tierra lleva más o menos un cuarto de hora, un auto mantenimiento es prácticamente todo lo que se tiene. El Curiosity no está en Marte solo para echar un vistazo. Sus tareas son recolectar muestras de rocas y tierra y exponerlas a las herramientas que hay a bordo para su análisis.
Con esto en mente, el vehículo viene equipado con un mástil de dos metros para una cámara y un brazo robótico de tres articulaciones que tiene varios dispositivos de ayuda, los cuales pueden absorber, limpiar, barrer, organizar, colocar y recoger muestras para muchas pruebas diferentes.
Un diminuto cromatógrafo y un espectrómetro de masas separarán y analizará compuestos químicos de las muestras. Un láser modificable buscará compuestos orgánicos y determinarán la tasa de isótopos – esto es vital para descubrir al pasado acuático y atmosférico del planeta. El vehículo tiene también instrumental fluorescente y de rayos X, el cual puede medir la composición de las muestras y detectar varias clases de minerales. En el mismo brazo también hay una cámara fotográfica que hará fotografías todo el terreno. Esta cámara puede detectar minúsculos detalles que pueden ser del grosor de un cabello.
Como se ha dicho en el artículo anterior, este vehículo lleva incorporado un completo laboratorio científico, aparte de toda la tecnología inimaginable para moverse con total soltura por la superficie marciana. Uno de los dispositivos que lleva incorporados una cámara especial de alta definición que van puesta en el mástil a la altura de los ojos humanos.
Esto ayudará a que se pueda mover y grabar todos los alrededores con una alta definición y a color. Unas cámaras adicionales en la base del mástil ayudarán a que el vehículo circule con total precisión.
Aparte de los instrumentos para hacer las pruebas con todas las muestras conseguidas, también hay otros equipos que ayudarán a analizar las condiciones locales del planeta que podrán ser de interés para otras misiones o entender la capacidad del planeta para poder mantener vida. Uno de estos instrumentos es un detector – medidor para medir los niveles de radiación de la superficie.
Hay también una estación para monitorizar el entorno, con lecturas de la presión atmosférica, temperatura, humedad, viento y los niveles de radiación ultravioleta. También lleva un instrumento para detectar hidrógeno – un indicador que puede haber agua o hielo en los minerales.
Una de las cosas que destacan del Curiosity es la alimentación que tiene, donde no se incluyen placas solares, gasolina, keroseno o los típicos combustibles que podemos pensar. Directamente, la NASA ha hecho de este transporte un vehículo nuclear. Recibe su energía del óxido de plutonio. Esto mantiene la batería con una consiste carga de más de cien vatios de energía eléctrica. Este sistema consigue más energía de la que podría conseguir con el sol, y no tiene partes móviles que se puedan romper.