Una granada aturdidora es un tipo de dispositivo que está diseñado para crear una luz cegadora y un gran ruido que desoriente a las personas que haya alrededor. Se utiliza como una granada común y tiene que ser activada y luego lanzada antes de que explosione.
La ventaja que tienen estos tipos de dispositivos es que no generan metralla, lo cual no provoca ningún daño a las personas que estén en las proximidades, aparte de quedar totalmente aturdido por las luces y el fuerte sonido. Las granadas aturdidoras son utilizadas por equipos especiales de la policía y del ejército para ciertas situaciones. Se pueden usar para controlar grupos sin herirlos pero donde hace falta una intervención rápida.
Cuando una granada aturdidora es detonada, producen un fuerte “flash” muy brillante que actúa directamente sobre la retina. Como resultado, la gente no puede ver nada durante cinco o diez segundos. La mayoría de la gente se queda quieta cuando no puede ver, lo cual aprovechan las fuerzas del orden para tomar el control de la situación.
El ensordecedor estallido de ruido también contribuye a que la gente se quede inmovilizada temporalmente. Dependiendo de lo cerca que estén del dispositivo, puede producir un zumbido en los oídos durante un cierto periodo de tiempo.
Bajo condiciones seguras, una granada aturdidora es totalmente inofensiva, aunque los efectos pueden ser muy molestos. Sin embargo, hay que recordar que en su interior hay explosivos, y esto puede llevar a provocar segundas explosiones. Esto es un riesgo que se debe considerar cuando se trabaja en ciertos entornos, como por ejemplo en sitios donde puede haber fugas de combustible o de gas.
Por tanto, dependiendo de la operación que se esté produciendo, algunas veces no se pueden usar estos dispositivos. Los equipos que hacen la operación deben evaluar si se pueden usar o no.
Algunas veces se usan en disturbios y en situaciones donde hay rehenes. Suelen ser usadas en interiores lanzando el dispositivo por una puerta y así deshabilitando a las personas que hay dentro. Cuando se trata de zonas de guerra, son útiles para ser usadas en áreas donde los civiles se mezclan con los combatientes, ya que al quedar todo el mundo neutralizado, da tiempo a ver quién es quién. Por supuesto, a los civiles esto no les hace ninguna gracia, pero se evitan las bajas de personas inocentes.
Varias compañías fabrican diferentes tipos de granadas aturdidoras, las cuales luego son vendidas al ejército o a organizaciones gubernamentales como la policía o grupos especiales. Al igual que otro tipo de armamento, la posesión de estas granadas está prohibida en la mayoría de los países. Un mal uso de estos dispositivos puede ser peligroso y no debe manejarse a la ligera.