Hoy en día el hombre del tiempo en los informativos suele darnos un pronóstico muy preciso del tiempo que va a hacer, y no suele equivocarse gracias a los modernos sistemas que hay existentes. El tiempo es simplemente el estado que hay en la atmósfera, la masiva capa gaseosa que envuelve a nuestro planeta.
Un número de diferentes factores influencian lo que ocurre en la atmósfera, desde radiación solar a cambios climáticos que ocurren en el otro lado del mundo. Esto hace que sea difícil predecir el tiempo algunas veces, pero observando los fenómenos atmosféricos que tenemos visibles, los meteorólogos y sus sistemas de pronóstico pueden acercarse increíblemente. Una importante relación en nuestra atmósfera es la temperatura del aire y la presión del aire.
Cuando el aire se caliente, se eleva. Cuando se enfría, desciende. Estos dos factores juegan un papel crucial en la circulación del aire y la formación de nubes. Como tal, conociendo la temperatura del aire y la presión nos una buena pista de lo que ocurre en el aire que nos rodea. Usamos termómetros para medir la temperatura del aire y barómetros para la presión.
La humedad también juega un papel importante en el tiempo que tenemos, que es donde el hidrómetro entra en juego. Cuando toda esa agua vuelve a caer al suelo en forma de precipitaciones, los colectores de lluvia nos proveen una medida bastante precisa. Finalmente, necesitamos saber en qué sentido está soplando al aire, por lo que utilizamos un anemómetro.
Tanto profesionales como aficionados usan instrumentos para medir la temperatura para saber que está pasando con el tiempo. Sin embargo, ¿Qué ocurre si queremos verificar la temperatura local sin salir de casa? En muchas maneras, nuestras vidas están definidas por la temperatura – y ser capaces de medir con precisión las temperaturas nos da una gran ventaja.
Nos permite saber como calentar o enfriar la casa, o lo que podemos cocinar dependiendo del tiempo (con frío un buen estofado caliente y con mucho calor y buen gazpacho frío por ejemplo). Nos permite saber la ropa que debemos ponernos ese día cuando salimos por la mañana de casa y otras muchas más cosas.
Los clásicos termómetros que funcionan con un envase de cristal, contienen un líquido que cambia de volumen cuando la temperatura fluctúa, ya que los líquidos ocupan menos espacio cuando se enfrían y más cuando se calientan. La mayoría de este tipo de termómetros contiene mercurio, el cual tienen una gran resistencia a la congelación o la ebullición. Sellado dentro de un tubo, el líquido aumenta y cae dependiendo de la temperatura que le rodea. En el tubo hay marcas que señalan las temperaturas según va subiendo o bajando el mercurio.
Tenemos también los termómetros bimetálicos, que son dos piezas metálicas unidas que se expanden y se contraen con el calor. Estos aparatos normalmente se pueden ver en hornos o en refrigeradores, activando un circuito eléctrico a la temperatura apropiada. Los termostatos eléctricos usan pequeñas partes informatizadas llamados termoresistores para medir la temperatura.
Estos elementos resisten el flujo de electricidad a través de un circuito a diferentes niveles dependiendo de la temperatura. Por supuesto, si quieres saber la temperatura en el porche de tu casa, tendrás que poner el termómetro en la parte de afuera de la casa. ¿Realmente tiene que ser así? ¿Podemos dejar el termómetro en el salón de casa y saber la temperatura que hace afuera?
Lo cierto es que vivimos en la época de los dispositivos inalámbricos, y también lo podemos aplicar a este sistema. Con los termómetros inalámbricos, podemos saber la temperatura que hay fuera de casa desde el calor de nuestra casa, saber la que hay dentro y mucha más información.
Esto es porque aparte del termómetro que tenemos en casa, hay otro en la parte de afuera que está transmitiendo la información a la unidad central. Esto funciona de una manera parecida a los monitores para bebes que todos conocemos, donde hay uno en la habitación que envía señales a otro donde podemos escuchar lo que ocurre.
Los instrumentos meteorológicos más comunes
Al igual que para resolver un crimen, un detective agrupa un número de elementos para determinar quién es el criminal y los métodos que ha utilizado. Tiene mucho parecido con el tiempo, excepto que los meteorólogos intentan averigua un hecho futuro y no un crimen pasado.
Para hacer un pronóstico de lo que el tiempo nos va a traer, los detectives del tiempo recolectan evidencias: temperatura del aire, presión del aire, humedad, velocidad del viento y lluvia. En el anterior artículo se cubrieron los termómetros, pero ¿Cómo funcionan el resto de instrumentos meteorológicos para pronostica el tiempo?
Para empezar, tenemos el barómetro, que es un dispositivo que mide la presión del aire con un tubo de cristal y una pequeña cantidad de mercurio, de una forma muy parecida a un termómetro. Sin embargo, en esta ocasión un tubo al vacío es insertado en un plato de mercurio.
La parte superior del tubo está sellada, mientras que el fondo está abierto. La presión del aire realiza un empuje hacía abajo en el mercurio, el cual a su vez hace una presión hacia arriba contra el vacío en el tubo. En este sentido, un barómetro básico funciona como una balanza. El aire empuja en un sentido y el mercurio sube en el otro. Al medir la posición del mercurio en el tubo, podemos determinar la actual presión atmosférica.
El higrómetro se usa para monitorizar la humedad tanto dentro como fuera de la casa, por lo cual puede resultar muy útil si eso es lo que estás buscando. Usa un termómetro con un tubo seco y otro mojado El usuario simplemente direcciona aire por encima de los dos tubos y verifica la temperatura. La diferencia entra ambos revela la humedad.
Hay varios tipos de higrómetros, como por ejemplo los eléctricos, que miden cambios de humedad en la resistencia eléctrica a través de un semiconductor. Los del tipo mecánico normalmente usan el cabello humano para determinar la humedad. Los pelos humanos se expanden o se contraen dependiendo de la humedad. Lo que hace este aparato es sujetar el pelo fuertemente y registrar cambios en la tensión cada minuto.
Otro aparato es el anemómetro, el cual suele estar montado debajo de las veletas, y el cual determina la dirección del viento. Normalmente llevan algún tipo de rueda con unos elementos en forma de taza en los extremos.
Los anemómetros sónicos transmiten ondas ultrasónicas entre dos pares de transmisores. Estos se levantan en el aire como antes a varios centímetros de distancia entre ellos. El viendo que pasa a través de este espacio acelerara o ralentizará las ondas ultrasónicas. El anemómetro registra estos cambios para determinar la velocidad del viento, la dirección y la presión.
Por último, tenemos el recolector de lluvia. Estos dispositivos pueden ser tan simples como una taza de medida puesta en la intemperie durante un periodo de lluvia. Modelos más avanzados registran las precipitaciones de una forma mecánica, automáticamente vaciando a ciertos niveles.