El polvo es una materia increíble. Se agrupa en grandes nebulosas y se junta para formar planetas y satélites. En la atmósfera, se puede llegar a agrupar de tal manera que impide la entrada de los rayos del sol, y si tienes algún tipo de alergia, el polvo puede ser realmente un problema. Sin embargo tenemos que reconocer que el poder real del polvo es su habilidad de poderse colar en prácticamente cualquier cosa, incluyendo la cara cámara digital con la que tomas fotos.
El polvo común está bien para el desierto o los caminos en el campo, por en la óptica de tu cámara – el camino de la luz que entra en la cámara – puede estropear tus mejores fotos. Cuando esto ocurre, se necesita más que un par de soplidos para dejar la cámara como estaba antes. La cuestión es ¿por dónde empezar? Esos defectos que estás viendo en tus fotos, ¿vienen de un sensor u óptica con polvo en su interior?
Para averiguar lo anterior, vete a un lugar que está muy bien iluminado y toma varias fotos de por ejemplo una hoja de papel blanca. Aumenta el f-stop y configura la cámara en modo de prioridad de apertura para que automáticamente configure la velocidad de apertura de la óptica. Ahora debes enviar las fotos tomadas a un ordenador y hacer un zoom a una tasa de un foto píxel por pixel de pantalla (1:1).
Si ves pequeñas y traslucidas manchas, pequeñas formas negras o delgadas líneas que se esparcen por las fotos, hay muchas opciones de que algún hilo de ropa, pelo, polen o polvo se haya introducido donde no debe. Para diagnosticar donde está, juega con el f-stop y haz más fotos.
Si el polvo está localizado en el sensor, verás un cambio en el tamaño de los puntos y la claridad. Si no ves ningún cambio, probablemente tengas suciedad en la pantalla de enfoque o en el espejo SLR (lente única de reflexión). Otra opción puede ser cambiar de lentes y ver si se nota una diferencia. Las cámaras digitales SLR son especialmente susceptibles a verse afectados por el polvo ya que dependen de un sensor que se expone al aire cada vez que cambias las lentes. Las señales más obvias de un sensor con polvo son pérdidas en el contraste o pequeños puntos difusos que aparecen en las fotos.
¿Por qué son los puntos son tan borrosos? Las manchas no están realmente en el sensor de la cámara. En lugar de eso, se depositan en la pila de filtros que cubre el sensor. Este es el motivo por el que aumentando el f-stop – el cual disminuye y aumenta la profundidad de campo – varía el foco de las formas de estas manchas.
Por desgracia, cuando se trata de sensores, identificar el problema es la menor de nuestras preocupaciones. Limpiar un sensor puede ser algo espinoso. Sin paciencia y destreza, se puede acabar empeorando las cosas, ya sea por ensuciando más las piezas o arañando o golpeando elementos internos importantes. Se podría también perder la garantía. ¿Qué es lo mejor que podemos hacer entonces? ¿Enviar la cámara a la tienda o fabricante para su arreglo? Los servicios de limpieza para una cámara digital no son demasiado caros, y nos puede quitar muchos quebraderos de cabeza si no sabemos cómo hacerlo. De todos modos, algunas veces no tenemos más remedio que hacerlo nosotros, por lo que pasamos a la siguiente sección.
Lo primero que hay que saber es que cuando se está limpiando el sensor de tu cámara digital, hay que tenerla conectada al enchufe, por lo menos tener la batería totalmente cargada. Si la batería de la cámara se agota antes de que hayas acabado de limpiar, el espejo se puede cerrar mientras estás usando la mano o alguna herramienta. Esto podría dañar el espejo o arañar el sensor.
Aparte de esto, es una buena idea limpiar el cuerpo de la cámara, lentes y monturas con un paño seco antes de empezar, por lo que ninguna partícula existente acaba dentro de alguna de las partes que están intentando limpiar. Piensa en ello como barrera antes de pasar la fregona. Algunos kits de limpieza para cámaras incluyen algunas soluciones para limpiar el interior de la cámara – el cual es un buen paso también.
A ser posible, trabaja en un área controlada donde no corra el aire. No limpies el sensor si estás en una zona exterior – al menos si es una zona donde puede haber polvo. Lo cierto es que hay algunas cámaras que tienen un modo de auto limpiado, lo cual puede resultar útil aunque no es realmente un método de limpieza.
De todos modos, la prevención es importante, y es buena idea mantener nuestras lentes y zonas expuestas de la cámara protegidas. Poner filtros y fundas es lo primero que debemos tener en cuenta. Cambiar las lentes (cuando tengamos que hacerlo) lo más rápido posible, es también una buena estrategia. Cuando cambies la lente, apunta la cámara hacia abajo.
Es importante mantener la cámara lo más seca posible en cualquier circunstancia. Una buena práctica es guardar la cámara en algún sitio donde haya un agente secante o desecante (parecido a esos sobres que vemos en las cajas donde se transportan dispositivos electrónicos). Consultar el manual del fabricante de la cámara nos puede también dar una buena idea de cómo mantener la cámara limpia y con un mantenimiento óptimo.
Limpiar las lentes y sensores de una cámara digital
Si no se sabe muy bien cómo hacerlo, es mejor llevarlo a un sitio profesional donde nos pueden limpiar la cámara por un precio razonable. Por otro lado, si confías plenamente en tus habilidades o no tienes otra opción que hacerlo tú mismo, podemos empezar por limpiar los sensores. Lo primero que tenemos que hacer es activar nuestra cámara digital en modo limpieza.
Esto levantará el espejo y revelará el sensor. Hay que asegurarse de que tenemos bastante energía, ya sea con la batería completamente cargada o enchufada a la red eléctrica. Una vez que puedas ver el sensor, se puede opcionalmente usar una lupa especial o alguna herramienta de aumento, y así poder ver las motas de polvo. Se pueden comprar kits de limpieza para cámaras digitales que nos pueden ayudar, donde nos pueden incluir algunas de las siguientes herramientas.
Un soplador especial para sensores es una especie de pera de plástico que sopla y quita el polvo que se ha quedado insertado. Al no tocar nunca la superficie, es la herramienta con menos riesgo del kit y el más fácil de usar. Por desgracia, soplar algunas veces no es suficiente para retirar este polvo incrustado en las piezas internas de la cámara. No hay que usar un soplador que tenga un cepillo, ya que puede arañar el sensor e incluso dispersar el polvo a otras piezas.
También se debe evitar el aire comprimido, el cual tiene demasiada fuerza y podría perjudicar alguna pieza. De todos modos, hay cepillos especiales que usándose con cuidado, puede retirar ese molesto polvo de los sensores.
Con estos cepillos especiales, hay que recordar que no estamos barriendo la pieza. En lugar de eso, estamos permitiendo que el efecto electroestático de los pelos del cepillo atraiga el polvo, como cuando restregamos un globo contra la pared y se queda pegado. Hay que limpiar el cepillo en cada uno de los usos y así quitar los restos que van quedando. Hacerlo de esta manera es un buen método para limpiar la cámara y es también bastante útil con la limpieza de las lentes.
Otra pieza que nos podemos encontrar en el kit es una especie de lápiz con la punta deformable (normalmente hecha de silicona) y que puede quitar partículas de polvo individualmente. Para usarlo, solo hay que presionar contra la superficie del sensor. Al presionar en lugar de arrastras, hay menos probabilidades de causar daños.
Otra herramienta para limpiar los sensores de nuestra cámara, viene en forma de una tela especial impregnada con un fluido limpiador, y que quita el polvo de una forma muy efectiva. Sin embargo, el inconveniente es que hay que hacerlo con mucho cuidado. No hay que aplicar demasiada presión ya que hay que dejar que el fluido haga su trabajo por sí solo. Como con cualquier fluido, hay que ver con el fabricante de la cámara que es el correcto y no dañará más que ayudar. Otras herramientas del kit para limpieza de sensores pueden incluir una solución especial para manchas y otros dispositivos de barrido.
Las lentes son otra parte importante a la hora de limpiar la cámara. Huellas de dedos y manchas de varios tipos, pueden afectar las fotos que hacemos. Con el paso del tiempo, la cubierta protectora de las lentes también se puede ver afectada. Al igual que las diferentes capas en los sensores y filtros, la cubierta de las lentes se puede arañar fácilmente, por lo que hay que extremar el cuidado al limpiar. Lo mejor es empezar con unos soplidos con la pera mencionada anteriormente, tanto en el interior como en el exterior.
De nuevo, no hay que usar aire comprimido ni productos químicos. Limpiar huellas y manchas requiere de un especial cuidado. Al empezar, podemos humedecer un poco la lente echándole nuestro aliento y luego limpiando con un trapo fino y limpio. Se debe limpiar con movimientos circulares. Si se quiere usar un líquido limpiador, se puede añadir unas gotas de fluido limpiador para lentes, el cual tendremos que comprar.