Maquina tabuladora

Las máquinas tabuladoras hicieron su primera aparición en el año 1890 en Estados Unidos para ayudar a hacer una cuenta lo más precisa para saber el censo de la población. Se desarrolló para poder procesar todos los datos asociados para saber la gente que había en ese momento. Fue desarrollado por Herman Hollerith y la idea es que todos los datos se pudieran usar en un formato fácil de entender. Esto era importante sobre todo porque el país estaba experimentando un crecimiento en la población muy importante en cada década que pasaba. La necesidad de un método para procesar los datos ya sea había dado unos cuantos años antes, lo cual ya estaba ocasionando problemas.

Se necesitaron unos siete años para poder recopilar toda la información y poder hacer un documento relativamente fiable de la población que había. Se hicieron estimaciones en el aumento de la población en esa década y se vio que llevaría el doble de tiempo conseguir resultados para el siguiente censo.

En respuesta a esta necesidad, Herman Hollerith creo una tecnología consistente en tarjetas perforadas que permitían una rápida y fácil codificación para clasificar la residencia, edad, género y más información importante de la gente. El conjunto de agujeros perforados en las tarjetas representaban todos los datos que se habían recopilado. Para poder organizar todos los datos conseguidos, las tarjetas se ponían en la máquina tabuladora.

Esta máquina de tabulación podría leer los datos de forma efectiva, basándose en la configuración de las perforaciones. Las tarjetas se ponían en una serie de juegos llenos de mercurio. Cada hueco correspondía a un agujero en la tarjeta perforada. Unos hilos eran puestos en las tarjetas que pasaban por el mercurio. Esto completaba una conexión en un circuito eléctrico, lo cual a su vez hacía avanzar un contador para cada bit de datos.

Cuando todo el proceso era completado, una alarma sonaba y otra tarjeta era insertada. Los empleados entonces agrupaban las tarjetas basándose en la información que contenían, lo cual proveía de la documentación del censo que se necesitaba. Con la asistencia de la nueva máquina tabuladora, los datos conseguido dieron una información precisa y comprada dos veces en solo unos cuantos meses.

Esta máquina innovadora del momento fue algo bastante útil para otras formas de contabilidad también. Unos pocos años después se formó una compañía con estos servicios, y en veinte años se fundió con otras tres compañías para dar varios servicios. Según la corporación creció y diversificó sus servicios, en los años veinte hubo otro gran cambio cuando la compañía se cambió de nombre y se convirtió en IBM.

Las tarjetas perforadas se siguieron usando en el siglo veinte durante bastante tiempo. Sin embargo, finalmente fueron reemplazadas por otras tecnologías más avanzadas.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Pon tú nombre aquí