Un monitor para jugar es un simple monitor construido y diseñado para usar en videojuegos. Para aplicaciones de este tipo, es importante usar un monitor que ofrece una tasa de refresco alta. Con muchos videojuegos, la acción en la pantalla suele cambiar frecuentemente y de forma rápida. Esto significa que un monitor que puede refrescarse rápidamente será capaz de manejar todos estos cambios de imágenes sin afectar el juego.
Cuando se elige un monitor para jugar, tanto un modelo CRT o LCD pueden servir. Los primeros son los antiguos modelos que son más grandes y con una mayor profundidad. Los LCD son más modernos, finos y ligeros.
Para usar en videojuegos la mayoría de la gente usa los LCD, los cuales ofrecen unas imágenes más nítidas, aparte de tamaños más grandes. Un promedio normal de refresco para estos monitores es de uno s8 milisegundos. Si se pueden encontrar de menos tiempo es mucho mejor. Sin embargo, hay algunos modelos que pueden tener un efecto negativo, y esto ocurre cuando objetos que se mueven rápido pueden aparecer borrosos. Es un efecto “fantasma”. Solo dura por menso de un segundo, pero puede distraer al jugador. Este efecto solo ocurre en los de tipo LCD.
Otro potencial problema en los monitores para jugar en los LCD es el ángulo de visión. Algunos de este tipo tienen un ángulo limitado, mientras que otros pueden verse bien desde cualquier ángulo. Si mucha gente está jugando de forma simultánea, hay que asegurarse de que el monitor lo muestre desde todos los ángulos.
Por último, merece la pena notar que las imágenes en un montoso de juego LCD se ven mejor cuando se usa con la resolución por defecto. Cada modelo tendrá una resolución donde funcionará mejor. Cuando se hacen cambios sin saber muy bien lo que se hace, las imágenes puede perder su brillantez.
Los juegos que requieren una resolución en particular pueden no verse igual de bien en ciertas pantallas. Por tanto, hay que buscar siempre la resolución nativa del modelo que hemos comprado.