En la actualidad, puede haber tres escenarios muy peligrosos que pueden estar pasando ahora mismo. El primero es un paquete sospechoso puesto en algún edificio gubernamental. El segundo un dispositivo explosivo plantado en el borde de una carretera en alguno de los países que están en guerra o con algún tipo de conflicto. El tercero es la aparición de una bomba sin explotar de la época de al guerra civil o la segunda guerra mundial. Cuando las bombas no explotan o dispositivo de riesgo son encontrados, deben ser neutralizados, desarmados, retirados o explosionados de modo seguro.
Algunas veces se pueden usar robots para hacer esto, pero muchas veces se requiere la intervención de un experto artificiero para poder hacer el trabajo. Para muchos trabajos se necesita un vestuario determinado, y para los técnicos artificieros este vestuario son platos cerámicos de Kevlar, el mismo material que se usa para los chalecos antibalas. Varios fabricantes crean diferentes tipos y diseños de trajes antibomba y otras prendas para la protección contra explosiones.
Sin embargo, todos comparten los mismos componentes, como son cascos y la estructura del cuerpo. Mientras que un típico traje de este tipo es voluminoso, caro y da calor, están continuamente evolucionando para acomodarse a las diferentes situaciones que puede haber.
Hay tres grupos principales de personas donde sus vidas dependen de esta tipo de ropaje, y son los militares, las fuerzas del orden y grupos humanitarias que trabajan en zonas de guerra. Muy pronto, esta ropa podría incluir más materiales que hagan que estos trajes sean más adaptables al cuerpo mientras que ofrecen igual o más protección. Sin embargo, antes de seguir hablando de la ropa que protege de explosiones, es buena idea echar un vistazo a las bombas de las que tienen que proteger.
¿Qué ocurre cuando una bomba explota? ¿Cómo pueden herirnos y dañarnos? ¿Cómo consigue la ropa anti explosiones proteger de estas explosiones?
Una bomba es básicamente algún tipo de armazón, vaina o envase que contiene un material explosivo. El armazón puede ser cualquier cosa desde acero hasta una botella de vidrio por ejemplo. Puede ser incluso tan ordinario como una lata de café o un coche. Una vez que se produce la explosión internamente, cada pedazo del armazón será lanzado hacia todas partes, sirviendo de proyectiles mortales.
El explosivo dentro de la carcasa puede ser de varios tipos, pero todos tienen la misma función. Una bomba causa daños de varias maneras dependiendo de donde impacte la explosión. Esto incluye ondas de choque, ondas de impacto, fragmentación, calor y viento generado por la explosión.
Cuando una bomba explota, el área alrededor de la explosión se vuelve presurizada, resultando en las partículas de aire teniendo una alta compresión que viaja a la velocidad del sonido. Esta onda se disipará con el tiempo y distancia, durante solo unos milisegundos. La explosión inicial inflinge el mayor daño. Cuando alcanza a una persona o una estructura, dos cosas pasarán. Primero, la persona sentirá la fuerza de la explosión, que es la onda de choque inicial. Esto ya causará daños.
A continuación vienen las ondas de impacto que seguirán viajando a través del cuerpo, lo cual dañará órganos y tejidos. Estas ondas llevan suficiente energía para pasar a través de nosotros sin problemas. Son supersónicas y transportan más energía que ondas de sonido. En la actualidad, no hay maneras efectivas de prevenir este tipo de ondas para que pasen por las ropas protegidas contra deflagraciones, y en algunos casos las medidas de protección pueden aumentar los efectos destructivos.
Luego tenemos la fragmentación. Cuando el artilugio explota, el armazón (y cualquier otro objeto que se incluya) serán lanzados violentamente hacía el exterior alejándose de la explosión. Cuando estos fragmentos golpean con otras cosas (edificios, hormigón, cristales, etc.), se pueden incluso fragmentar más aun. Esto se conoce como fragmentación secundaria. La explosión puede crear también una bola de fuego y altas temperaturas, lo que obviamente provoca quemaduras.
Por último, en el lugar de la explosión se crea un vacío por el rápido movimiento hacia fuera de la explosión. Este vació se llenará rápidamente con la aire que rodea el entorno. Esto crea un fuerte empuje después de la explosión y crea un viento de alta intensidad que causa que diferentes fragmentos sean reabsorbidos al origen de la deflagración. Por lo tanto, ¿Qué podemos ponernos para protegernos contra una explosión?
Características de los trajes anti explosivos
Cuando una bomba golpea un traje protegido de este tipo, la fuerza es disminuida por las fibras fuertemente unidas del tejido. Este material esparce la fuerza de la explosión por todo el traje. Los platos balísticos ayudan a desviar y repeler la metralla y la llamada fragmentación secundaria. El calor y las llamas producidas por la deflagración serán neutralizados por las propiedades protectoras de estas fuertes ropas.
Como se ha dicho anteriormente, la mayoría de los trajes están hechos de kevlar u otros productos basados en aramidas, que son muy resistentes. La aramida consiste en unas fibras sintéticas obtenidas de polímeros. La resistencia que tiene este material la hace ideal para hacer ropaje antibalas o anti explosiones.
Una espuma adicional se puede incorporar en el traje para mayor protección. Esto protege no solo protege al técnico de la metralla, sino de la fuerza del impacto cuando es lanzado hacia atrás. El traje tiene bolsillos internos donde se pueden incluir más platos balísticos. Estos platos pueden estar hechos de acero, aramida o incluso de cerámica. Todo esto está diseñado a proteger al usuario de la fragmentación. Aparte de esto, se pueden incluir más funciones de protección, como es el casco altamente blindado que también es construido de aramida en su núcleo.
Estos cascos tienen un visor anti balas y tienen incluidos un micrófono y unos auriculares. Estos cascos especiales pueden tener un sistema de ventilación interno que refrigera al usuario e impide que se empañe el visor. También puede tener algún tipo de enganche para poner una videocámara o una luz.
Un collarín alto protege el cuello y se extiende hasta el casco. El calzado suele ser parte del traje y se pone encima del calzado normal del técnico artificiero. Por otra parte, se pueden poner platos adicionales para proteger el cuello, pecho y otras áreas más vulnerables para mayor seguridad. Aparte de todo lo anteriormente mencionado, estos trajes tienen una forma muy rápida de quitarse para atender rápidamente a un técnico herido o transportarle.
El calor que se forma dentro del traje puede llegar a ser insoportable, por lo que algunos llevan su propio sistema de refrigeración. Estos sistemas hacen circular agua que va recogiendo de un paquete de hielo que se va deshaciendo, y lo hace por un conjunto de tuberías que se extienden por el traje.
Aunque se han hecho grandes avances en los trajes anti explosión, tienen ciertos límites de protección en los materiales utilizados. Si la explosión es demasiado grande y se está demasiado cerca, no se podrá prevenir el daño que causa la fragmentación y las ondas de choque.
Dicho de otra manera, no hay materiales o estructuras que sean totalmente a prueba de bomba. De todos modos, estos trajes son poco prácticos para llevarlos para otros temas, por lo que su uso de limita a unas cuantas situaciones. Aun así, siguen salvando vidas, lo cual los hace vitales para ciertos grupos y organizaciones.