¿Te suena el nombre de Josephine Cochrane? Nació en la época victoriana y creo una aparato que seguimos utilizando hoy en día. De hecho, si no fuera por ella posiblemente seguiríamos lavando la vajilla a mano. Lo cierto es que posiblemente se hubiera inventado algo para lavar los platos, pero fue Josephine Cochrane la que nos trajo lo que se conoce como lavavajillas.
Esta mujer inventora nació en 1839 en Ohio, Estados Unidos en una familia acomodada. Vivía en una casa con sirvientes que hacían todas las tareas diarias, incluyendo lavar los platos, vasos y el resto de la vajilla. El problema fue que llegaron tiempos donde las cosas no fueron tan bien, y tuvo que prescindir de los sirvientes. Esto la obligó a realizar muchas cosas habituales que se hacían en la casa. Una de ellas era fregar los cacharros.
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1 – Josephine Cochrane odiaba fregar los platos
El tener que lavar ella mismo la vajilla sacaba de quicio a Josephine, y de hecho lo odiaba. Se sabe que preguntó a muchos de sus familiares y amigos porque no se había inventado una máquina para hacer esta tarea. Viendo que no existía nada que pudiera lavar la vajilla de forma automática, pensó que lo crearía ella misma.
En 1886 Josephine Cochrane creo el primer prototipo de lavavajillas. Sin embargo, la idea ya existía ya que un hombre llamado Joel Houghton había creado un diseño en 1850. Era un diseño bastante rústico que se había quedado en el olvido, pero Josephine lo llevó al siguiente nivel creando una máquina que funcionaba.
2 – El diseño original de Joel Houghton
La máquina de Joel Houghton era muy simple y funcionaba usando una manivela. Básicamente lo que hacía era lanzar agua a los platos sucios, lo cual tampoco los dejaba demasiado limpios. Aparte de eso, requería un trabajo manual para que se pudiera realizar el lavado.
Josephine Cochrane quiso que el diseño de Houghton fuera mucho más automático, y le añadió un motor que hacía girar una rueda que echaba agua hirviendo con jabón a la vajilla. Hay que recordar que todavía era el siglo 19, por lo que los motores no estaban demasiado evolucionados.
La creación de este primer lavavajillas tuvo muchas dificultades, pero finalmente consiguió un modelo que funcionaba muy bien. Cuando presentó su lavavajillas a la gente, fue un éxito que se extendió por todas partes. Todo el mundo se volvió loco con este invento tan útil que les podía ahorrar tanto trabajo.
3 – El lavavajillas fue un gran éxito por muchos motivos
En la era victoriana los temas sanitarios eran diferentes a los que llegaron en el siglo XX. Había menos higiene y existían muchas enfermedades que provenían de la abundancia de gérmenes y bacterias de todo tipo. Cuando la gente lavaba los platos, vasos y utensilios a mano, muchos de estos gérmenes seguían estando en la vajilla. La máquina de Josephine Cochrane hervía el agua y ponía jabón para lavar la vajilla, y por tanto mataba muchos gérmenes.
Esta ventaja de hacer más salubre el fregar la vajilla, era algo que no había pensado Josephine cuando creo su máquina. Las cocinas de la época victoriana eran en general un foco grande de gérmenes, pero con la llegada del lavavajillas se elevó la higiene en muchas casas.
Se puede decir que los inventores de los lavavajillas son Josephine Cochrane y Joel Houghton. No se les recuerda mucho por lo que crearon, pero hay que reconocer que inventaron algo que ha traspasado las fronteras del tiempo. Hoy en día sigue siendo un electrodoméstico que sigue existiendo en millones de casas.
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