La cantidad de detalles que una cámara digital puede capturar se llama resolución, y se mide en píxeles. Cuantos más píxeles tenga una cámara, más detalles podrá capturar y las fotos e imágenes que consigamos serán más nítidas, sin esa apariencia borrosa o granulada que suelen tener sobre todo la de mayor tamaño.
Algunas resoluciones típicas incluyen las siguientes:
- En las cámaras más baratas, encontraremos la resolución 256×256, y es tan baja, que la calidad de la imagen es muchas veces inaceptable. Tiene unos 65000 píxeles.
- Una resolución de 640×480 es en muchas ocasiones, el valor más bajo en cámaras “cámaras” reales. Es ideal para enviar por email fotos o poner gráficos en un sitio Web.
- Para imprimir fotos se utiliza bastante la resolución de 1216×912, la cual tiene más de un millón de píxeles.
- Con casi dos millones de píxeles en total, tenemos lo que se considera de alta resolución 1600×1200. Se pueden conseguir impresiones con esta resolución, de la misma calidad de un laboratorio de revelado.
- La resolución 2240×1680 se puede encontrar en cámaras de 4 mega píxeles de tamaño de imagen, el cual es el estándar actual. Permite para la impresión de fotos más grandes con buenas calidades hasta 16×20 pulgadas.
- Las cámaras digitales de más alto rango hacen fotos a una resolución de 4064×2704, y se pueden hacer impresiones de gran tamaño sin perder calidad de imagen.
Las cámaras de alto consumo pueden capturar sobre doce millones de píxeles. Algunas cámaras profesionales soportan sobre dieciséis millones de píxeles, o incluso 20 millones para cámaras de formato grande. Ahora veremos como las cámaras añaden color a las imágenes.
Capturando el color
Por desgracia, cada porción de la superficie para capturar la imagen, es “ciega” a los colores. Solo le sigue la pista a la intensidad total de la luz que incide en la superficie. Para conseguir una imagen a todo color, muchos sensores utilizan el filtrado para ver la luz en sus tres colores primarios. Una vez que la cámara consigue grabar dichos colores, los combina para poder crear todo el espectro.
Hay varias maneras de grabar los 3 colores en una cámara digital. Las cámaras de mayor calidad usan tres sensores separados, cada uno con un filtro diferente. Piensa en la luz que entra en la cámara, como el agua fluyendo por una tubería. Usando un separador de haces sería como dividir una cantidad igual de agua por tres tuberías diferentes. Cada sensor toma una idéntica impresión de la imagen, pero debido a los filtros, cada sensor solo responde a uno de los colores primarios.
La ventaja de este método es que la cámara graba cada uno de los tres colores en una localización diferente cuando hablamos de píxeles. Desafortunadamente, las cámaras que utilizan este método pueden ser bastante caras. Otro método es hacer rotar una serie de filtros rojos, azules y verdes en frente de un único sensor. El sensor recuerda las tres imágenes en una rápida sucesión.
Este modo de hacerlo también provee de información de todos los colores en cada localización de píxeles. Sin embargo, al no tomar las imágenes de una forma precisa en el mismo momento, la cámara y el objetivo de la foto, deben mantenerse estacionarias para las tres lecturas. Esto no es práctico para las cámaras que deben estar en movimiento.
Ambos métodos funcionan bien para cámaras en estudios profesionales, pero no para capturas esporádicas e improvisadas.