Un sensor de humedad mide y regularmente da información de la humedad relativa en el aire. Pueden ser usados en casas para gente con enfermedades que empeoran con la humedad, como parte de la calefacción de la casa, sistemas de aire acondicionado, o incluso en bodegas para guardar vino. Los sensores de humedad pueden ser utilizados también en los coches, oficinas y estaciones meteorológicas para predecir el tiempo. Como se ha dicho, detectar la humedad relativa del aire. Esto significa que mide tanto la humedad como la temperatura del aire.
La humedad relativa expresada en porcentajes, es el promedio de la humedad real en el aire contra la cantidad más alta que a esa temperatura puede tener. Cuanto más caliente sea el aire, más humedad tendrá, por lo que la humedad relativa varía con los cambios de temperatura.
El tipo más común de sensor de humedad usa lo que se llama un medidor capacitivo. Este sistema se basa en la capacidad eléctrica o la habilidad de dos conductores eléctricos cercanos para crear un campo magnético entre ellos.
El propio sensor está compuesto de dos pletinas metálicas con una película no conductora de polímero entre ellas. Esta película recoge humedad en el aire, y esto causa pequeños cambios en el voltaje entre las dos pletinas. Los cambios en el voltaje son convertidos en lecturas digitales mostrando la cantidad de humedad en el aire.
Una persona con problemas respiratorios o ciertas alergias puede usar uno de estos dispositivos, porque una humedad baja puede empeorar los problemas respiratorios. Por otro lado, demasiada humedad puede atraer bacterias y hongos. Por este motivo tener un sensor de humedad ayuda a tener esto controlado. Normalmente se ponen donde hace falta que la humedad sea la correcta para mantener algún producto bien conservado.
También pueden ser utilizados en museos donde hay antigüedades valiosas y obras de arte, ya que pueden resultar dañadas por la constante exposición a demasiada humedad. Muchos edificios comerciales y oficinas también los usan sus sistemas de aire acondicionado, y de esta manera asegurar una calidad de aire óptima. Los coches lo pueden usar como parte de su sistema de aire acondicionado y calefacción.
En aplicaciones industriales se usan parar la producción de materiales que son sensibles a la humedad. También se usan para recolectar datos en estaciones meteorológicas donde los datos deben ser medidas cada cierto tiempo para ser analizados y hacer predicciones del tiempo.