Esos pequeños dispositivos para poder testear las baterías y que vienen puestos en paquetes de baterías o en unidades individuales, son un gran ejemplo de tecnologías combinadas – varias tecnologías existentes han sido combinadas en una manera completamente nueva. Los test de baterías dependen de dos tipos especiales de tinta: Las tintas termocrómicas y las tintas conductivas.
Las termocrómicas cambian de color dependiendo de su temperatura. Las tintas conductivas pueden conducir la electricidad. Aplicando capas de estas tintas especiales con una capa de tinta normal y prensándolos de una forma normal con una prensa, puede crear un increíble y económico diseño que cambia dependiendo de la cantidad e electricidad que recibe.
Hay dos tipos de tinta termocrómicas: la de cristal líquido y la conocida como DYE. La primera es sensitiva a cambios muy pequeños de temperatura, pero es bastante difícil de fabricar. Esto lo hace perfecto para objetos como termómetros donde se necesita sensibilidad, pero es problemático en elementos que necesitan ser económicos y en donde ocurrirán unos cambios de temperatura drásticos.
Las tintas DYE son sustancias especiales que cambian de un color específico, a un estado claro y transparente cuando se cambia de temperatura. Las tintas termocrómicas pueden ser formuladas para que cambien de color a una temperatura determinada. Para los comprobadores de baterías, la temperatura que se suele elegir es entre 37 y 48 grados centígrados.
Para crear un comprobador de baterías, se empieza con una capa de tinta conductiva que progresivamente se va estrechando de una posición idónea a una deficiente. Cuando la corriente pasa por la fina capa de de tinta conductiva, la resistencia en la tinta crea calor. Una pequeña cantidad de corriente puede generar suficiente calor para afectar la parte más pequeña de la tinta termocrómicas, pero según el área se ensancha, más corriente se necesita para cambiar los colores.
En la parte superior de la tinta conductiva, hay una capa de tinta normal que cubre el diseño. En la mayoría de los test para baterías, hay algún tipo de gráfico o texto que indica que la batería está bien. El diseño puede ser cualquier cosa, ya que la tinta normal no afecta la manera en que las capas interactúan.
Finalmente, hay una capa termocrómica. Por ejemplo, podemos usar una tira de papel especial con estas tintas y la podemos poner en una batería o en un paquete de ellas. Al tocar la batería con la tinta conductora en la parte de atrás del papel, una conexión entre los terminales positivos y negativos es creada. Supongamos que han utilizado un color negro inicialmente. Según se genera una corriente, la tinta termocrómica se aclarará. Esto revela el diseño impreso en la tinta normal. Si hay suficiente corriente, la mayor parte o toda la tinta termocrómica se calentará a la temperatura necesaria para ser traslucida.
Una pregunta que se nos puede plantear es ¿No podría este comprobador drenar algo de la energía de la batería? Lo cierto es que si, aunque no una cantidad de la que preocuparnos. Si se comprueba la batería cada 10 minutos puede ser un problema, pero la mayoría de la gente no hace eso.
En la actualidad, existe un tipo de comprobador de baterías que está directamente implantada en la batería. Tienes que apretar dos pequeños puntos indicados en la batería para poder comprobarla. Estos dos puntos completan un circuito entre la batería y el comprobador, y la electricidad fluye a través de la tinta conductiva de la misma manera explicada anteriormente.
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