Usamos en general muchas pilas. No crean emisiones de carbón cuando son insertadas en una cámara digital o un reproductor iPod. Puede que la producción, el transporte y el reciclado de estas pilas si provoquen estas emisiones pero su uso no lo hace. La parte más “verde” de la vida de una batería es cuando está en tus manos, siendo usada para lo que se fabricó. Esto significa que es tu responsabilidad de mantenerlas con vida todo lo que sea posible antes de mandarla para su reciclado.
Hay algunas maneras ideales para hacer esto. Podemos empezar comprando un cargador de baterías. Las pilas de metal de níquel son mejores que las baterías recargables alcalinas. Pueden ser cargadas miles de veces antes de tener que tirarlas. Si no piensas comprar pilas recargables, entonces las alcalinas son una buena opción. La ventaja que tienen es que duran mucho más que las de níquel.
Hay que procurar cargar las baterías antes de que sea demasiado tarde. Se pueden recargar las baterías de níquel siempre que queramos. El problema que tienen es que se agotan rápidamente, por lo que puede que tengamos que recargarlas un montón. Hay que recordar desconectar el cargador del enchufe cuando las pilas ya están cargadas.
Las alcalinas durarán algo más si se cargan frecuentemente. Hay que recordar que una batería totalmente vacía, es una batería con una duración de vida muy corta. Hay que recordar también comprar las baterías adecuadas para cada momento. Por ejemplo, una cámara digital agotará una pila alcalina rápidamente. Asegúrate de comprar pilas alcalinas que son diseñadas especialmente para aplicaciones de alto consumo.
Una forma de que la vida de las baterías pueden durar más es retirándolas de aparatos o equipos que usamos raramente. Aunque tengamos un dispositivo apagado que parece que no está consumiendo energía en absoluto, sigue drenando lentamente la batería, la cual pasado un tiempo acaba agotándose.
Por tanto, es buena idea quitar las pilas del dispositivo y guardarlas en un lugar seco y fresco. De hecho, es buena idea poner las baterías en el frigorífico. Esto funciona particularmente bien para las baterías de níquel.
Las baterías de níquel retendrán prácticamente toda su carga cuando estén metidas en el frigorífico. En una habitación con temperatura ambiente, hay una posibilidad de que pierda algunas fracciones de su energía almacenada. Las baterías alcalinas tienen algo más de controversia.
Algunos estudios han mostrado que la vida de una batería alcalina solo se extiende un cinco por ciento más cuando está en un frigorífico. No es una ciencia cierta, pero si vives en un sitio donde hace mucho calor, las baterías se agotarán antes. Si vives en un sitio con mucho frío, se pueden dejar en algún sitio donde esté expuesto a la intemperie.
De todos modos, si vamos a usar unas baterías que han estado en el frigorífico, debemos esperar a que estén a temperatura ambiente antes de utilizarlas.